sábado, 7 de junio de 2008

Vivo muriendo...

Tengo mis brazos extendidos, y recorro a un paso apresurado las calles de un fría ciudad solo por encontrar ese tibio abrazo, camino y camino, he decidido meterme por lugares desconocidos siento que camino sin sentido, por rumbos desconocidos, o no; entre en un callejón sin salida me siento en un rincón solitario, la luz del callejo parpadea, pasado unos minutos, explota el foco, ahora si me sentía perdido y olvidado, sentía como penetraba el miedo, en eso, un fuerte viento comenzó a correr, junto a el llegaron nubes, nubes grises, cargadas de gotas de lluvia, que venían a hacer compañía a mi soledad, de pronto una ruido acompañado por una luz ilumino el callejón, no logre divisar a nadie, de pronto me puse de pie y busque algo con que cobijarme, no se si mencione que utilizo gafas, además de ser corto de vista la oscuridad no me era de gran ayuda, mis anteojos empañados menos. He sentido pasos, si pasos siento que vienen hacia mi, frente a mi había un cartón me agache para recogerlo y cayeron mis gafas, uf que lindo ahora si que veo, tome el cartón y comencé hacer tacto en el piso, era un tanto asqueroso sentir el barro en mis manos, en eso los pasos dejaron de oírse para que mencionaré el miedo que me embargaba y el inútil nudo en la garganta que no me permitía preguntar a voz alzada "Quien se acerca", maldición sentía que quería correr y ocultarme, en eso suavemente una mano me toco el hombro y acaricio suave y lentamente mi cara, y me dijo: " Es esto lo que buscas", tiritaba como cuando se tienen tercianas, supuse que lo que tenia en su mano eran mis gafas, con una voz vibrosa le dije: " ¿Son mis gafas?, si es así, correcto es lo que buscaba", una dulce y sumisa carcajada y una respuesta; "¿Realmente no ves nada sin ellas verdad?", que pregunta mas idiota, pero jamás había escuchado una voz tan dulce y sumisa, no tuve ni que contestar y me puso mis gafas, era una hermosa mujer que vestía de negro por completo, ocultaba todo su delicado y bello cuerpo, solo a vista su ojos, la mire y le di las gracias, tenia una mirada hermosa, era como estar mirando dos hermosos diamantes tenían un brillo incomparable, era lo que esa noche había salido a buscar a brazos extendidos, quizá el destino me envió ha este callejón quien sabe, solo se que tengo que haber tenido una cara de idiota mientras miraba sus hermosos ojos, de pronto miro su reloj, y me dijo: "Disculpa ya debo irme, ¿hay algo mas en lo que pueda ayudarte?". El silencio, si, apláudanme no salía una sola palabra de mi boca, volvió a preguntar, en eso reaccione, y le dije: " Realmente lo único que necesito en este momento es una mujer tan hermosa como usted", si, se lo dije, realmente fue un pensamiento en voz alta, la mujer se descubrió el rostro, sonrió y me dijo: " Eres un gran poeta, y sabes que decir, pero no creo que sea a mi a quien quieras, debe ser la típica frase para una típica mujer", después de eso, que contesto, me sentí helado y con un miedo desbordante, agache la cabeza y rápidamente un nuevo pensamiento en voz alta; " Si solo supieras que no soy poeta, si no que eres tu la inspiradora de mis palabras recién mencionadas, quizá entenderías lo que intento decir, como pedir que me acompañes por que me he perdido, que vergüenza, contarte que hoy recorría las calles sin sentido, esperando que alguien apareciera en mi vida", si en ese momento me di cuenta que de nuevo mi pensamiento, había sido lanzado al viento, levante mi rostro y la mire a los ojos, con amargura me contesto: "Eres un hombre de sentimientos puros, he notado que hubieses deseado que no escuchara esas palabras, tus palabras poseían un tanto de timidez, ¿te molesta si te acompaño esta noche?, creo que en ese momento mi cara de felicidad, no tuve ni que contestarle y comenzó a caminar a mi lado, me pregunto que hacia donde íbamos, le dije: "Donde la luna nos guié, esta noche seremos tu, la luna, y yo", me tomó del brazo, y no pregunto mas, no sabía como romper este silencio, llegamos a la plaza central, era tarde, solo un café abierto, salieron las palabras después de un largo rato, solo para ofrecerle un café; ella me dijo: "Creí que no volvería a oír tu voz, claro pasemos a tomar un café y a que me cuentes de tu vida." Sonreí como cuando un niño tiene un juguete nuevo, pasamos, nos sentamos y cada uno miraba a un punto distinto, se acerco la camarera, pedí los cafés, y nos miramos fijamente, ella tomo mis manos sobre la mesa, y dijo:"Cuéntame de ti, quizá mañana sea tarde", no tome sentido a aquella frase y comencé ha hablarle, me oía y sonreía, nos terminamos el café, y me puse de pie para ir a pagar l cuenta, en eso regrese a la mesa, y y no estaba, solo una servilleta escrita con lápiz labial que decía: "Gracias, es la noche mas linda que he vivido, pero no puedo engañarme ni engañarte, soy casada, perdóname quizá debí mencionarlo, te dije que me contaras de tu vida, porque quizá sería la ultima vez que nos veríamos, eres un tipo excelente gracias por todo, te qu..." dejo el lápiz labial encima no alcanzo a terminar de escribir, se acabo, realmente solo tenia ganas de llorar, a pesar de que fue hermoso el momento, hoy he vuelto a vagar por las calles, solo espero no volver perderme, y si me pierdo encontrarme contigo nuevamente y solo poder mirar tus hermosos ojos y pedir que termines lo escrito....

La continuación...

He tomado tu mano y se ha tornado mas suave, quien sabe a que se debe, he bebido de tu boca, y fue el trago mas dulce que he bebido, tenia un sabor que jamas había explorado, junto a su sabor trajo un montón de sensaciones gratas, sensaciones que siempre soñé sentir, pero no había podido sentirlas, en ese momento sentí un aroma neutral mente extraño y extravagante mente exquisito, sentí por primera ves un dulce aroma, el de tu cuerpo... ha pasado el tiempo, mis sentidos se han agudisado, tengo unos gustos más refinados, y mis facciones han mejorado, gracias a la felicidad que me has entregado con tan solo de tu mano poder caminar por un lugar en el cual la frialdad y frivolidad cada día se torna mas grande, todos corren y gritan, mientras tu y yo caminamos paso lento, dejando nos llevar por grandiosos momentos de silencio, no se que ocurrió, tapaste mi vista, aunque no sentí temor por sentirte cerca, un tanto de inquietud y curiosidad bacilo en mi, dentro de mi desesperación, te acercaste a mi oído y dijiste lentamente; " Conmigo nada malo te pasara, traquilisate, solo quería que supieras que te quiero desde siempre...", luego de oír esas palabras, llego un relajo pleno y un corazón agitado, quise responder sus palabras, pero sus labios me callaron...